UN MUÑECO DE PELUCHE.
Un muñeco de peluche es un juguete muy suave, que te transmite una sensación de paz, tranquilidad y armonía.
Puede tener muchas formas, como por ejemplo, de animales o personajes de dibujos animados; pueden ser de cualquier color: los hay rosas, marrones . . . incluso en el mismo peluche puede haber varios colores distintos.
Cuando alguien toca un muñeco de peluche es como si acariciaras una nube o un trozo de algodón, ya que su textura es muy agradable. El peluche mas frecuente de encontrar es un osito y los hay grandes y pequeños.
Les puedes contar lo que sea, porque aparte de desahogarte, no le va a contar a nadie lo que le has contado tú.
También te sientes protegido al dormir con él o al abrazarlo, porque algunas veces piensas que así estas más acompañada. Me encantan y tengo montones de ellos.
La primera vez que vi uno fue en la tómbola de la feria. No podía creer que tuviese uno en mis brazos. Era pequeñito pero miraba con unos ojos tiernos que no he olvidado. Le tocó a mi padre la única vez que ha comprado boletos de la tómbola.
Jugué con él durante años hasta que poco a poco fue deteriorándose. El bracito derecho lo tenía descosido, los ojos habían perdido su brillo y las pestañas (que me había encargado de quitarlas poco a poco) y, finalmente, la cabeza estaba unas veces sobre sus hombros y otras debajo de cualquier silla.
Vamos, que lo mejor que hicieron mis padres por él fue tirarlo a la basura un día antes de que me despertara, esperando evitar mi llanto.
Con el paso del tiempo, he tenido otros peluches pero ninguno como aquel osito al que no llegué a ponerle ni nombre.
