domingo, 18 de marzo de 2012

El Gallo y el Zorro

     Esta es la fábula de Lidia, disfrutemos con su lectura:
EL GALLO Y EL ZORRO”:

    Un día un gallo que era: elegante, con plumaje dorado, sus patas alargadas y estilosas, sus plumas tenían variedad de colores, y su cresta era las más larga que ninguna otra de las gallinas. Su carácter era: antipático, creído, orgulloso, elegante, tonto, torpe, miedoso y muy muy, sucio (aunque no lo aparentara).
      Un día esta se encontró con un astuto zorro, con apariencia amable, el color de su pelaje era rojo brillante, sus ojos eran azules con tonos amarillos. El gallo pasó presumido y orgulloso delante de aquel hermoso zorro, este lo miró con cara de asombro.
     -¡Oh! Que bonito eres.-Dijo el zorro.
     -Gracias, pero no puedo decir lo mismo.-Recalcó el gallo.
     El pequeño zorro un poco molesto se fue cabreado directo hacia su madriguera, para descansar un poco.
     -¡Espera horrendo zorro!-Dijo chulito otra vez.
     -Perdona pero yo no te he hecho nada para que me trates así..., pero como yo soy bueno, dime, ¿qué quieres?-Dijo un poco irritado.
     -Es que he abandonado mi granja y... como allí me daban de comer no tenía que buscar la comida, pero... ahora... no sé que hacer.-Dijo preocupado.
     -Ven acompáñame.-gritó entusiasmado el gallo.

     Los dos individuos caminaron y caminaron por largos y grandes senderos, donde los capullos de la flores brillaban a la luz fugaz del sol, el agua del río resbalaba sobre las rocas y temblaba por el continuo cimbrear de las juguetonas ranas verdosas que chapoteaban contentas en las aguas cristalinas. La variedad de árboles bailaban al compás del frío viento, los pajaritos cantaban un alegre piar y las nubes esponjosas miraban curiosas los prados encantados.
      -¡Oh! Que lugar más feo, ¿verdad?- Dijo rencoroso el gallo.
      -Pero... si es muy bonito, tu no entiendes nada.-Dijo feliz el zorro.
     El zorro corrió ágilmente y se metió en su madriguera, le siguió el gallo que levantaba cuidadosamente las patas para no ensuciárselas con el barro.
     -Vamos, hombre, que ya queda poco.-Gritó el zorro.
     El gallo cuando entró a la madriguera, se sorprendió muchísimo, ya que esta estaba llena de zorros, ya fueran zorros grandes, cachorros...
     -Esta es mi familia, chicos, chicas, mamá, papá saludad por favor.-Dijo amablemente el zorro.
     Todos fueron a abrazar al gallo, este, aunque estaba muy extrañado, también les abrazó amablemente.
     -Mirad, el gallo tiene un problema, no encuentra comida, porque ha abandonado su granja.
     -¡Oh! Pobrecito.- Dijo entristecida- Lo mejor que puedes hacer es volver a tu granja.
     -Pero, no puedo, porque le hice muchas cosas malas a mis vecinos gallos.-Dijo culpable.
     -Tranquilo-dijo el papá zorro-vuelves a tu granja y le pides perdón a todos tus vecinos gallos.¿Qué te parece?
     -Yo creo que... no podré.-Dijo avergonzado el gallo.
     -Si podrás, echa un poco de valentía y verás como lo logras.-Dijo convencido el gallo
     -Gracias por todo, he aprendido una gran lección. He aprendido que hay que comportarse amablemente y que no hay que mirar el lado negativo de las personas, porque si buscas vas a encontrar más negativas que positivas y algunas veces esas cosas negativas pueden hacer daño a las personas.
FIN