martes, 13 de diciembre de 2011

Gigantes

    Esta es una historia de Lidia, leánla y disfruten de las descripciones.



UNA CASA GIGANTE”:

     Erase una vez una Era Gigante: esta era grande, con muchas casas alegres, coloridas y gigantescas, varios ríos largos y de aguas cristalinas, se respira aire puro porque todo lo que se hace no contamina, todos son simpáticos y bailarines, las praderas cantan y bailan al compás con el aire, el viento sopla feliz, el sol es como una victoriosa estrella, hay muchos árboles verdes y gruesos. En resumen, vivir allí es algo fantástico.
    Aquella noche se celebraba una verbena en la era gigante, todo se llenaba de guirnaldas, luces de colores, música a todo volumen, cadenetas y de muchos gigantes. Esa noche se celebraba el día en el que los gigantes conquistaron el Reino Fantástico. Se hacían juegos como el tiro al blanco, carrera de sacos, carreras, la petanca, cantar... Dos gigantes: Pin y Pan, ya sabían como eran las fiestas allí, para ellos, aburridas. Así que decidieron marcharse a dar una vuelta.
  -¿Bueno que hacemos?Las fiestas son siempre iguales y... allí fueron hay un mundo entero por explorar.-añadió aburrido.
  -Pero ya sabes que está prohibido salir de la Era Gigante. Lo sabes bien.-dijo más prudente Pan.
  -Lo sé, lo sé, me lo has dicho ya mil veces. Pero si no se entera nadie...-explicó granuja Pin.
    Los dos, sigilosos, salieron despacio hacia la salida pero con cuidado. de que nadie los vieran. Salieron corriendo hacia un lugar que nunca habían visto.
  -Mejor será que volvamos a casa.-dijo Pin ahora no tan valiente.
  -Ahora quieres irte, después de haber salido a escondidas.-se rió Pan.
     A lo lejos vieron una casa rara, desconocida, vieja... parecía que estaba allí hace ya algún tiempo. Los dos se apresuraron a entrar porque temían que algún gigante los hubiera visto y los hubiera llevado de vuelta a la Era Gigante. La casa era pequeña (para ellos).  
    La puerta era, para su sorpresa, grande.
   -¿Has visto Pan?Algún gigante tiene que vivir aquí porque la puerta es grande.-dijo sorprendido Pin.
   -Pero es raro. Porque ningún gigante sale de la Era.-se extrañó Pan.
     Los dos pasaron al interior de la casa. El interior parecía grande y espacioso, aunque en el exterior no parecía la misma casa. Olía a bizcocho, y todo era rosa con muchas flores.
   -Que bonito todo ¿eh?.-dijo risueño Pan.
   -¡Qué va!-dijo Pin.
   -¡Ah!.-se oyó un grito extraño.
     De detrás de la puerta salió una gigante muy mona, armada con un rodillo para amasar la pasta.
   -¿Quién sois?-dijo la giganta asustada-Voy armada.-miró confusa su mano-¡Uy!
   -Tranquila,-dijo Pin-no te vamos a hacer nada.
   -¿Por qué vives aquí apartada de todos los gigantes?-preguntó Pan
   -¡No me habléis de gigantes!-refunfuñó.
   -¿Por qué?-preguntó curioso Pan.
   -Solo que... me dan muy malos recuerdos aquella Era Gigante. De pequeña las niñas me insultaban y se cachondeaban de mí. Decidí que allí no era valorada así que... , me decidí que no era buena opción quedarme allí. Un día me desperté temprano y... pues... salí de la Era de los Gigantes y me alojé aquí, en esta casa, la decoré y la adorné un poco, la verdad es que me aburría un poco aquí tan sola, pero me terminé por acostumbrar.
     Pin y Pan se sintieron tristes por ella y le dijeron que ella se podía ir con ellos a la Era de los gigantes.
   -¡No!-dijo alterada.
   -Pero tranquila, no te pasará nada, ya no se acordaran de ti y podrás empezar de nuevo tu vida.-dijeron los dos convencidos.
   -Vale, pero echaré de menos esta casa...
    Todos juntos salieron corriendo hacia la Era Gigante. Todavía los gigantes estaban bailando y pasándoselo bien. Las chicas cuando vieron a la nueva giganta se pusieron muy contentas:
   -¡Anda que bien, ahora somos más chicas!-dijo una.
   - ¡Exactamente 5 chicas con ella!-dijo las más lista.
   -¡Ven con nosotras!-dijo la más pija.
     Corriendo todas se fueron poco a poco, pero Giganta volvió y les dijo a Pin y Pan:
   -Muchas gracias chicos, os quiero mucho.-dijo feliz.
     Los dos sonrieron:
   -¡Qué buenos somos haciendo feliz a la gente!-clamó Pin.


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