miércoles, 25 de enero de 2012

"El Perro Abandonado"

El Perro abandonado:

     Había una vez un perro llamado Faro, fue abandonado, era de color blanco, su pelaje era áspero, tenía una mancha de color negra en el ojo, Faro no era alto, era más bien bajito, él era simpático y sabía cuidar a las personas .Ya no tenía dueño y estaba en una perrera, en ese lugar él no era alegre porque todos los días los perreros los maltrataban.

     Un día, el listo de Faro, se escapó de la jaula en la que estaba y salió rápidamente de la perrera, los perreros salieron tras él, pero Faro escapó, estuvo varios días en la calle vagabundeando, se refugió en un hueco que había en un callejón, se adentró en él y estuvo toda la noche durmiendo allí, al día siguiente salió a buscar comida, pero no había basura, era como una parte de la ciudad aislada.

      En el lugar que estaba había humo, gente muy mal vestida y mal educada, Faro no se lo creía, se decía en su interior que era una maravilla de ciudad, estuvo andando pero no encontraba basura, donde coger desperdicios.

     En una casa muy grande y muy bien cuidada había una perra, era muy elegante y estaba muy bien cuidada, se acercó y ella le pregunto:

     -¿Que te pasa? Faro respondió:
      - Soy un perro vagabundo y no tengo dueño, estoy sucio y huelo mal.
      - No pasa nada yo te puedo ayudar, lo primero es saber como te llamas.
      - Faro y ¿tu?
    -Samanta     
    -Que nombre mas bonito, digno de ti.
    - Gracias, el tuyo también es muy bonito, ¡tengo una idea! A mi dueño les encantan los perros y fijo que tú le gustaras. Dijo con voz alegre.
    - Creo que no, yo no soy un perro con suerte...

     Los dos perros entraron en la casa de Samanta, ella hizo que Faro entrara para que su dueño lo viera y se encariñara de él, pero no fue así, aunque no todo estaba perdido tenía un amigo que estaba buscando un perro como él.
    Primero le bañaron ,le peinaron, le pusieron un lazo azul en el cuello, fueron a casa del amigo del dueño de Samanta y le comentó que lo había encontrado en la calle y como él ya tenía a Samanta, no le importaría quedarse a Faro.

    El amigo aceptó, ya tenía casa, estaba muy contento, Faro le dijo a Samanta que si se verían alguna vez y ella le respondió que claro, ya que la casa del amigo estaba cerca de la suya y podrían salir a pasear juntos. Faro se puso muy muy contento y por fin se le cumplió su sueño de tener un dueño, Faro se lo pasaba muy bien con su nuevo dueño, ya nadie mas le maltrataría.

Fin:




1 comentario:

  1. “RESEÑA”

    El título de esta historia es: “FARO EL PERRO ABANDONADO”. El autor es “Álvaro Cobo Heras”, a mi me ha gustado mucho, es la que más me ha llamado la atención.
    Trata de que había una vez un perro llamado Faro, fue abandonado, era de color blanco, su pelaje era áspero, tenía una mancha de color negra en el ojo, Faro no era alto, era más bien bajito, él era simpático y sabía cuidar a las personas .Ya no tenía dueño y estaba en una perrera, en ese lugar él no era alegre porque todos los días los perreros los maltrataban.
    Un Faro, se escapó de la jaula en la que estaba y salió rápidamente de la perrera, los perreros salieron tras él, pero Faro escapó, estuvo mucho días en la calle, se refugió en un callejón, se metió en él y estuvo toda la noche durmiendo allí, al día siguiente salió a buscar comida, pero no había basura.
    En ese lugar había humo, gente muy mala, Faro no se lo creía, se decía en su interior que era un lugar malísimo, él se fué a caminar.
    Entonces encontró una casa bonita en la que había una perrita muy guapa llamada Samanta y se enamoró de ella.
    Samanta y Faro entraron en la casa de ella, entonces Samanta hizo que Faro entrara para que su dueño lo viera y se encariñara de él, pero eso no sucedió, aunque no todo estaba perdido porque resulta que el amigo de el dueño de Samanta estaba buscando un perro como él.
    Primero le bañaron ,le peinaron y le pusieron un lazo azul en el cuello. Luego fueron a casa del amigo y él le comentó como había encontrado en la calle Samanta, y su amigo no le importó quedarse a Faro.
    Cuando su amigo aceptó, Faro saltó de alegría porque ya tenía casa, Faro le dijo a Samanta que si se verían alguna vez y ella le respondió que sí, ya que la casa del amigo estaba cerca de la suya y podrían salir a pasear juntos. Faro se puso muy muy contento y por fin se le cumplió su sueño de tener un dueño, Faro se lo pasaba muy bien con su nuevo dueño, ya nadie mas le maltrataría.

    Fin:

    Carmen Redondo

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