El mundo mágico de Lola

"El mundo mágico de Lola"

   Lola es una niña amable, lista, sensible, aventurera, investigadora, andarina, emotiva, guapa, alta, delgada. Su pelo es de color rojo claro, lo tiene largo, como con mechas de color rojo más oscuro (pero son naturales porque es ese su color de pelo), tiene flequillo, (que le llega a la altura de los hombros, sus cejas son finas y de un rojo tan claro que casi no se nota que tiene cejas, sus orejas son grandes con las arrugas de dentro, diferente a las de su familia, los ojos los tenía de color verde agrisado (los tiene tan vivos que parecen que se le van a salir y a tener vida propia), las pestañas las tiene muy finas y abundantes, la nariz la tiene chata, un poco torcida hacia la derecha, los mofletes los tiene chupados con manchones de pecas salteadas, la boca grande, los labios los tiene de color rojo vivo, carnosos y grandes, el cuello largo y delgado, la espalda larga y estrecha, los bazos largos y gruesos, las piernas largas y un poco gruesas, casi siempre vestía con pantalón corto vaquero, una camiseta de manga corta, con un cuello grande, con un ratoncito con gafas rosa dibujado, con estrellas y notas de música alrededor, unas botas altas marrones con cordones y muy altas, unos pendientes de estrella, una diadema blanca con una estrella en el lado derecho, con otra estrella encima de color rosa.

     Un día cuando Lola salió de la escuela se dirigió a su casa. Después de comer utilizó el ordenador, mientras que chateaba con sus amigas le apareció un icono raro, ella muerta por la curiosidad lo pulsó, éste lo llevó a una página en la que ponía:

“PULSA EL ICONO DEL MUNDO QUE QUIERAS Y TE ENCONTRARÁS EN ÉL Y EMBELESADA POR SUS ÁRBOLES BELLOS.”

     Lola fascinada pulsó un icono en el que salía un monte lleno de dientes de leones (son plantas), de repente una luz resplandeciente la cegó y al abrir los ojos se dio cuenta que no estaba en su habitación, estaba en un campo con un montones de dientes de leones, un prado verde y amarillo, muchos árboles con las hojas rosadas ¡eran cerezos! (a Lola le encantaba el olor del cerezo.

     Lola extrañada, con miedo, pero a la vez con ganas de ver lo que había, empezó a investigar, descubrió: animales nuevos, plantas también nuevas. A lo lejos vio unas especies de casas altas y muy delgadas, al llegar vio unas casas muy grandes, finas como un dedo, y altas como un rascacielos. Se encontró con un enano y le preguntó:

    -Hola, me llamo Lola.

     -Hola, yo soy Crigt. Al mirarla el enano se quedó extrañado pero a la vez alegre porque en una leyenda decía que una niña ayudaría a su pueblo.
    -¿Donde estoy?
    -Estás en Ollín.

    Lola se extrañó por el nombre del pueblo.

   -Por donde se sale de aquí.

    -No lo sé.

    Lola no encontró la salida, así que decidió aprender un poco sobre el pueblo, Crigt se lo enseñó todo, hasta que un día Lola apretó un botón y se encontró en su cuarto. Desde ese momento Lola siempre iba a relajarse a ese lugar.

Fin.